martes, febrero 12, 2013

¿¿Debió Dios contratar a Favre??




El inesperado anuncio de renuncia de Benedicto XVI al papado, supuestamente por motivo de salud, ha despertado las dudas de si no se trata en realidad de un asunto político, sobre todo en vista de la relación de Joseph Ratzinger, desde sus días como gran inquisidor, con los escándalos de abuso sexual contra niños por parte de sacerdotes católicos.

Este lunes el papa Benedicto XVI sorprendió al mundo con el anuncio de su renuncia, la primera en 600 años de historia del pontificado de Roma (la última había sido en 1415, por parte de Gregorio XII, quien casualmente estuvo involucrado en la condena de cismático lanzada contra los antipapas Benedicto XIII y Alejandro V). De acuerdo a la decisión tomada, Joseph Ratzinger permanecerá al frente de la jerarquía católica solo hasta el último día de febrero, luego de 8 años de haber estado en el puesto.

Según la versión oficial, Benedicto XVI deja el papado por razones de salud: a sus casi 86 años, no parece fácil sobrellevar el ritmo de vida que exige su labor, política sobre todo aunque se disimule bajo los velos de la religión.

Sin embargo, en vista de la situación por la que atraviesa la Iglesia católica desde hace algunos años y, dentro de esta, sus cúpulas —los escándalos de sacerdotes pederastas que se presentan y se multiplican en todo el mundo y que, como en el caso de Marcial Maciel, se extienden incluso (o sobre todo) en los círculos más influyentes y selectos del poder jerárquico; la poca transparencia en sus finanzas, la pérdida de fieles y otros problemas no menos preocupantes— ha despertado preguntas sobre los verdaderos motivos detrás de la dimisión, si, quizá, se trate en realidad de una retirada de causas y consecuencias políticas más o menos bien pensadas.



Recordemos que antes de ser papa, Joseph Ratzinger era el encargado de la Congregación para la Doctrina de la Fe, nombre pomposo que actualmente se da al Santo Oficio, la Inquisición de tan deshonrosa  historia, justo en la época en que se hizo pública la licenciosa y deplorable vida sexual del fundador de los Legionarios de Cristo y el Regnum Christi, Marcial Maciel, bendecido tanto él como sus congregaciones por el mismísimo Juan Pablo II. Cuando los casos de abuso sexual contra niños fueron dados a conocer por periodistas, activistas y otras organizaciones, Ratzinger, en su calidad de gran inquisidor, era uno de los pocos dentro de la Iglesia católica que contaba con la mayor información posible al respecto. “¡Cuánta suciedad hay en la Iglesia!”, dijo, en 2005, poco antes de que fuera electo como sucesor de Juan Pablo II.

¿Qué cambió desde entonces para que Benedicto XVI optara por la renuncia? Es posible, en efecto, que por su bienestar personal haya previsto desde hace algunos meses este escenario, pero siempre cabe la posibilidad de algún detonante, un acontecimiento inesperado que suscitara o aun precipitara la decisión y el anuncio. Teniendo en cuenta que los hechos de pederastia se dan entre los prelados más encumbrados del catolicismo y también entre personas de notable influencia ligadas con la Iglesia —empresarios, políticos, etc. —, pareciera que Ratzinger se está haciendo a un lado, reconociendo por fin la dimensión inhumana de esa “suciedad” al interior de la Iglesia.

Recientemente, por cierto, un mayordomo personal de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, fue encarcelado por filtrar documentos oficiales de la Santa Sede, los cuales ofrecían evidencia de sobornos, contratos millonarios y otras expresiones de corrupción financiera que, según se ve, es cosa de todos los días en el Vaticano, en algunos casos sin conocimiento del propio Papa, quien, como el rey de La carta robada de Poe-Lacan, supuestamente estuvo ciego a lo que pasaba frente a sus ojos. Al parecer este podría ser otro motivo de la apresurada renuncia de Ratzinger.

Según Federico Lombardi, vocero del Estado Vaticano, el sucesor de Benedicto XVI podría quedar elegido para Pascua, esto es, cerca del 21 de marzo.

A todo esto digo yo desde mi locura:

¿Ahora que Dios se quedó sin embajador en la tierra, significa que hemos roto relaciones con el cielo?

¿A dónde irán los que se mueran hasta que se elija a un nuevo embajador divino?

No me digan que el Papa es humano, pues Jesús también lo era y se dejó matar, es decir defendió sus creencias hasta la muerte, y si se hubiera hecho el cojudo, como Benedicto, siendo supuestamente hijo de Dios, hasta ahora estaría vivito y coleando ¿no?, aunque los curas aún después de muerto lo siguen haciendo chambear todos los días en todas las misas, sacándole la sangre y chupándosela a diario además de repartir su supuesta carne a diestra y siniestra.

O ¿ustedes creen que si Jechu hubiera tenido algo así como un papamóvil, hubieran podido matarlo?

¡¡¡Y no me vengan con que el Papa, hizo bien en renunciar  porque sus médicos le dijeron que su vida peligraba ya que estaba cocho!!,  PUES ENTONCES ¿¿ QUÉ PASÓ CON SU FE???

ES DECIR, ¿¿EL MISMÍSIMO JEFE MÁXIMO DE LA IGLESIA Y REPRESENTANTE DE DIOS EN LA TIERRA, NO TENÍA LA SUFICIENTE FE PARA PENSAR EN QUE DIOS LO AYUDARÍA A SALIR ADELANTE??

Bueno, eso demuestra que los curas te meten un cuento que ni ellos mismos creen, es decir, algo así como lo que se les dice a los niños sobre Papa Noel, y si por casualidad el niño te dice una navidad que vio a papa Noel dejar sus regalos, te K-gas de la risa, pues tú mismo sabes que lo que le contaste fue un cuentazo.

Yo sé que este post traerá mucha cola, pero así somos los locos, decimos la verdad de lo que pensamos directamente y sin rodeos.

Fuentes:
pijamasurf
NYT y TIME
The Great Catholic Cover-Up, de Christopher Hitchens en Slate
La increíble vida de Marcial Maciel, de Juan G. Bedoya en El País
Diálogo entre la razón y la fe, debate entre el teórico social Jürgen Habermas y Joseph Ratzinger